lunes, 30 de agosto de 2010

Ocaso


Ultimamente eres mi compañera,

de segundos eternos,

de momentos efímeros,

y de una vida que ya no es; sino era.



Al relumbrón de tu ocaso yo siempre acudo,

porque reunes a todas las aves,

después del dia de paso de un día duro.



Y yo les hablo en silencio,

de mis penas y mis anhelos,

y ellas me miran diciendo, es el ocaso Carlos.



Ocaso que llega despacio,

de un azul teñido de melancolía,

sol que calienta,

brisa que enfría...



Tú, ocaso,

yo, melancolía.


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Fotografía: Carlos M. Bautista



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